El Bosque Metropolitano del sur-este se erige como un testimonio de la intersección entre la historia geominera de Madrid y una visión contemporánea de sostenibilidad y renaturalización urbana. Este proyecto reinterpreta la riqueza de los arroyos y el suelo, antaño cantería y despensa, para crear una infraestructura verde que conecta los ríos Manzanares y Jarama con los espacios protegidos del Parque Regional del Sur-este y la Cuenca Alta del Manzanares.
El Juego del Bosque se convierte en un catalizador de sostenibilidad, fusionando la historia del terreno con una visión metropolitana necesaria para la creación de espacios verdes. Este enfoque no solo busca la integración de los elementos naturales, sino que redefine el papel de la ciudad en armonía con su entorno, impulsando una renovación equilibrada y sostenible en el sur-este madrileño.
Esta propuesta de infraestructura verde está adaptada a los condicionantes ambientales actuales (suelos yesíferos, arcillosos y escasez de agua superficial) del lugar y a su valor socio-cultural decantado a lo largo de los siglos. Y también se piensa desde el escenario del Cambio Climático, la distribución concentrada de la precipitación, la aparición de más episodios de olas de calor y la mayor erosión de los suelos.
Se complementará con una red de infraestructura interior urbana, mediante la Gran Vía Verde, las calles verdes, el Camino Real, el trazado de una nueva Cañada Real duplicando la existente y la conexión interior urbana con el Parque del Retiro madrileño.